Alerta por una “superbacteria” muy resistente a los antibióticos

Por Boffa Solange

Apareció en la India y ya está en 14 países. Aseguran que pronto llegaría a la Argentina.

Esta semana, durante la 50° Conferencia Intercientífica de Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia realizada en Boston, los especialistas lanzaron un alerta por la detección de una nueva enzima (la NDM-1, Nueva Delhi metalo-beta-lactamasa-1) en un grupo de bacterias patógenas. Un factor que las vuelve resistentes a los antibióticos conocidos y que llevó a catalogarlas como “superbacterias”. Apareció en la India, comenzó a propagarse por Europa y ya cruzó el océano y pasó a Estados Unidos. Su llegada a la Argentina, afirman los científicos, sólo es cuestión de tiempo.


Se originó en hospitales de la India por las pésimas condiciones sanitarias de ese país, donde además hay acceso fácil y económico a los antibióticos, lo que favorece su uso exagerado. De allí se propagó a Pakistán y Bangladesh.


“Esta enzima ha evolucionado para reconocer a casi todos los antibióticos, hasta los de última generación” , señala Alejandro Viale, investigador principal del Conicet en el Instituto de Biología Molecular de Rosario (IBR) y profesor de microbiología en la Universidad Nacional de Rosario.


La NDM-1 es producida por un grupo de bacterias, las enterobacterias, como la Escherichia colli , un huésped habitual del intestino humano. Pero también está la Klebsiella pneumoniae , que produce neumonía. Es decir, las personas afectadas por la “superbacteria” pueden contraer enfermedades conocidas a causa de las bacterias ya conocidas; la diferencia está en que, por culpa de esta enzima, ningún antibiótico les hace efecto.
Es muy raro que las personas saludables y bien alimentadas se infecten, por más que estén en contacto.
El mayor riesgo está en las bacterias hospitalarias: puede ser mortal si hay una enfermedad de base, inmunodepresión, sida, o una cirugía compleja.


“Tenemos la necesidad urgente de establecer un sistema de vigilancia internacional y examinar a todos los pacientes ingresados en cualquier sistema de salud en tantos países como sea posible” , advirtió Patrice Nordmann del Hospital Bicetre, de Francia. “Por ahora no sabemos qué tan rápidamente se está extendiendo. Podría llevar meses o años, es como una bomba de tiempo”, agregó.


Más de 170 pacientes hospitalarios se infectaron en la India, Pakistán y Bangladesh. Fue en un hospital británico donde se detectó por primera vez la NDM-1 fuera de Asia, en 2007; en ese país ya se registraron 70 casos. Después del primer estudio, publicado en The Lancet el 11 de agosto pasado, se reportaron nuevas infecciones en más países.


“No hay modo de evitar que entre a la Argentina, sólo es cuestión de tiempo. Pueden darse brotes hospitalarios para preocuparse si estas bacterias se diseminan en todos los centros de salud” , admite Viale, cuyo equipo investiga precisamente la diseminación de los agentes patógenos. En el IBR buscan un inhibidor. Y en Buenos Aires, otros dos grupos trabajan en el mismo tema. “Intentamos tener conocimientos para disminuir el número de víctimas”, expresa Viale. “Lo que podemos hacer es algo preventivo –agrega–: una buena higiene del personal hospitalario; no usar masivamente antibióticos, para no seleccionarlas. Si hay un foco, identificarlo y aislarlo”. La carrera para vencerla será muy difícil.
Un ataque que es la peor defensa
“La resistencia bacteriana existe desde que aparecen los antibióticos”, señala el profesor de microbiología Alejandro Viale. Se produce cuando un tipo de bacteria trasmite a otra su material genético, el cual se integra al cromosoma de la bacteria receptora. Ésta lo captura, lo adapta, expresa el gen y se vuelve resistente. Una vez que ha hecho esto, captura todo el nicho que le ha dejado el antibiótico al destruir a las otras bacterias. ”Cuando introducimos un antibiótico en cantidades masivas en los hospitales, rompemos el equilibrio ecológico. Seleccionamos aquellas bacterias que reciben el material genético que son patógenas para nosotros, y que se han vuelto resistentes. En una palabra, aceleramos la evolución. Por eso los médicos son tan reticentes al uso de antibióticos en forma masiva y descontrolada”, señala el microbiólogo del Conicet.
Avance letal
Las personas afectadas pueden contraer enfermedades conocidas, sólo que ningún antibiótico podría combatirlas.
Apareció en la India y se propagó porque en ese país los antibióticos son de fácil acceso y eso favorece un uso exagerado. De allí pasó a Pakistán y Bangladesh.
Ya hay casos en Bélgica, Holanda, Austria, Francia, Reino Unido, Alemania, Australia, Hong Kong, Japón, Canadá y Estados Unidos.

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