Por Boffa Solange
El insomnio familiar fatal IFF es una enfermedad que permanece dormida durante 50 años una vez despierta es imposible detenerla condenando a sus victimas a un insomnio perpetuo.
Este mal suele presentarse entre los 50 y 60 años, no obstante puede darse también a pacientes de 20 años de edad sin distinción de sexo o raza. Las personas que la padecen suelen fallecer a los 18 meses del comienzo, siendo progresiva y de curso acelerado o lento.
Sus síntomas abarcan en: dificultades para conciliar el sueño de noche o tomar una siesta, sensación de sueño no reparador, trastornos de personalidad, apatía, desinterés, fatiga visual, febrícula vespertina, hipertensión arterial, fatiga, sudoración, lagrimeo taquicardia, taquipnea y en hombres impotencia sexual.
Hacia la fase terminal de la enfermedad los síntomas se agravan a: Incapacidad completa para conciliar el sueño, síndrome confusiónal, agitación motora, episodios alternantes de vigilia y subvigilia estuporosa donde se presentan movimientos, gestos relacionados con el sueño, situación de estupor con pérdida de ritmos circadianos e inestabilidad terminando en un coma irreversible, convulsiones tonicoclónicas generalizadas, Fluctuaciones de la tensión arterial e hipotermia.
Cada ser humano cuenta con tres fases del sueño: liviano, profundo, y REM (cuando soñamos), pero en la etapa donde nuestro cerebro se repone y descansa es en la fase profunda, en las personas padecientes de esta enfermedad no logran llegar a la fase del sueño profundo, por lo tanto el apetito del sueño siempre esta latente. Esta enfermedad puede ser genética o esporádica, en ambos casos sus síntomas son semejantes.
Ahora bien, sabiendo que es esta enfermedad se preguntaran, uds lectores, que la causa y si tiene cura. El causal de esta enfermedad es una proteína llamada Prion, la cual es la encargada de la continuidad del sueño. Si esta se desorganiza el sueño se vera afectado. Cuando un prion maligno entra en contacto con un prion normal, este lo obligara a tomar su forma, para formar una gran estructura, propia de las enfermedades priónicas.
Los fármacos comunes para tratar el sueño empeoran y deterioran aun más al paciente. Por lo cual no se ha hallado ningún tratamiento contra esta cruel enfermedad, siendo fatal en su última etapa llevando a sus padecientes a una lenta y trágica muerte.
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